Aunque tengas una buena impresora y uses un buen filamento, la calidad final dependerá de los ajustes y tu experiencia. Aquí te dejamos algunos tips prácticos que harán la diferencia:
1. Nivelación de la cama
Un clásico, pero imprescindible. Una cama mal nivelada provoca que las piezas no se adhieran bien y se despeguen. Dedica unos minutos a calibrarla.
2. Ajusta la temperatura
Cada filamento tiene un rango óptimo. Una temperatura demasiado baja provocará capas débiles, y una demasiado alta puede generar deformaciones o hilos.
3. Usa adhesivos si es necesario
Cinta azul, laca o pegamento en barra pueden ayudarte a mejorar la adhesión inicial en la cama.
4. Controla la velocidad
Imprimir más rápido no siempre es mejor. Una velocidad moderada asegura mejor precisión y menos errores.
5. Revisa el slicer
El software de corte es tan importante como la máquina. Ajustar bien el relleno, soportes y alturas de capa marcará la diferencia.
6. Mantenimiento básico
Limpia la boquilla, engrasa los ejes y revisa las correas de vez en cuando. Una impresora bien cuidada imprime mejor.
🔑 Conclusión: pequeños ajustes en tu proceso de impresión pueden transformar radicalmente la calidad de tus piezas. Con práctica, cada vez necesitarás menos pruebas y errores.

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